Museo de Arte Funerario Benigno Montoya: Panteón de Oriente
Suena extraño que un cementerio pueda ser un museo, pero ya pensando en arte, deja de ser extraño, tal vez extravagante nomás. Y al recorrer el Panteón de Oriente de Durango se puede comprobar que hacer un museo del arte funerario que allí se encuentra es muy interesante.
Lo más peculiar es que el estilo artístico predominante pertenece a un mismo artista o bien, a sus alumnos. Entonces empieza a ser más interesante ya que el arte está hablando de un estilo, una época y por ende de una cultura y una sociedad.
El cementerio se creó en 1860. Con la Ley de Reforma los cementerios se secularizan dejando de pertenecer a la iglesia para pasar a ser públicos. La lápida más antigua que se hallado en el cementerio data de 1861. En las sepulturas predominan el mármol y la cantera, ésta última mayormente. Esto se ve aún más en el área más antigua.
Este museo está dedicado a Benigno Montoya quien es el maestro del arte representativo de este cementerio. Empezó a trabajar en el panteón en 1898 cuando ya era un reconocido escultor en el pueblo. Trabajaba principalmente en cantera y su obra ícono son los ángeles cuyas características distintivas son: alas extendidas, expresión de la cara transmitiendo tranquilidad, los ojos tienen una mirada, cuando están de pie le deja uno o los dos pies al descubierto o sus dedos al menos. Pero además esculpió otros diseños que hoy se pueden apreciar en algunas sepulturas y son maravillosos, sobre todo por su fino detalle y porque están tallados en una sola pieza. Por ejemplo, hay un cuadro inmenso en cantera donde está esculpida la Virgen sosteniendo a Cristo, el detalle de los pliegues del velo de la Virgen es finísimo.